domingo, 5 de octubre de 2008

Escritores y escribidores

Hace unos cuantos días que no subo nada aquí. No hay ninguna otra excusa a parte de la falta de ganas/ánimos para escribir algo medianamente legible de lo que no me avergüence dentro de quince días. Acabo de leer en el suplemento dominical de El País un pequeño artículo de opinión de Javier Marías que me pareció muy interesante (y sincero). La verdad es que nunca he logrado terminarme un libro suyo, aún tengo escalofríos de terror cuando recuerdo aquel fracasado intento de leer Mañana en la batalla, piensa en mí; pero reconozco que sus artículos sí logro terminarlos y el de hoy en concreto me ha llegado a la patata.
El artículo viene a decir cosas como que menos mal que los niños de hoy (y los niños en general) no quieren ser artistas de mayores (me refiero a artistas serios, pintores, escultores, músicos y escritores). Que él nunca quiso ser escritor sino bombero o domador de leones. También dice que normalmente el resto de escritores, sus antecesores, le resultan vagamente antipáticos. Parecen adaptarse siempre a una especie de cánon de megalomanía, adicciones malsanas y sufrimiento sin límites (fingido o verdadero). Lo que más me ha llegado, con lo que más me identifico, es con su resignación a no ser una de esas almas atormentadas aún a cuenta de privarse de rasgos que "niños no, pero sí adolescentes y adultos pueriles -asocian con el talento con la genialidad: aún hay quienes creen que beber compulsivamente, inflarse a drogas o errar en coche por las carreteras los va a aproximar a Faulkner, a Lowry o a los predecibles Kerouac, Burroghs y Bukowski". Lo peor de todo es que tiene tanta razón y el mundo está tan poblado de "escribidores" que se creen esto. No digo nada de los autores en sí, bueno, los que me conocéis ya sabéis que Bukowski me repatea mucho (sobre todo en mi faceta feminista), pero cierto es que no por ser un grandísimo gilipollas como lo era él, tú vas a tener talento literario. No, lo siento, el mundo no funciona así. Es triste saber que no sólo son los adolescentes. Yo también fui adolescente y creí que las drogas me acercarían a algo más verdadero, que vería todo con más claridad y ¡cuánto me equivocaba! Fumar porros no sólo no te hace ver las cosas más claras sino todo lo contrario. Como decía, lo más triste es saber que hay personas que pasan con mucho de treintena, o que aún teniendo estudios serios en literatura se creen todo esto.
Sí, sigo deprimida y con cosas como ésta más, menos mal que el artículo de Marías me ha hecho animarme un poco. :)

3 comentarios:

Lidón B dijo...

tienes toda la razón... Yo he conocido un montón de esos, de los que se pegan los viajes rollo politoxicómano para escribir libros...

en fin!

percepcionesindebidas dijo...

Predecibles, sí claro... lo típico

Unknown dijo...

Lo típico y tópico, querido...
Te pueden gustar o no, pero ahí están arquetipizándose y perdiendo su esencia poco a poco.