viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Quién teme a la "Femme Fatale"? (I)

Bueno, amig@s, ésa es una pregunta interesante ¿no? Pero me parece importante plantear otra más básica ¿Qué es la "femme fatale"? Creo que es un concepto que no está muy delineado hoy en día; de hecho, es posible que nunca lo haya estado. Supongo que debería hacer una breve introducción histórica, pero sé que todos sabemos más o menos de qué hablo: efectivamente siempre existió la dicotomía entre la mujer ángel y la mujer demonio; al menos desde que ese gran invento que es el patriarcado existe. Las dicotomías son un instrumento de control y la mujer fatal un claro ejemplo de lo que no debía ser una buena mujer. Hoy en día, por suerte, ya no tenemos estas ideas tan claras, pero ahí siguen el Bien y el Mal. Centrémonos: todo empezó en el siglo XIX (somos sus nietos): tras épocas de gran estabilidad de ideas y de grandes avances de pensamiento y tecnología, lo que comúnmente se conoce como Ilustración, llegó el XIX y con él la industrialización. El XVIII había sido un siglo de grandes cambios: la revolución francesa pone el broche final al cambio de paradigma, es lo que podríamos llamar el "punto de no retorno". No me voy a meter en filosofías ni en políticas más de lo que conviene, sólo diré que una vez Europa se restableció de las convulsiones que acabaron con el Antiguo Régimen, la industrialización llegó a su culmen. Puede que parezca que esto no tiene mucho que ver con la mujer fatal porque ¿dónde están las mujeres en todo este rollo que acabo de soltar? Pues en casa: la industrialización llevó a las damas de la alta sociedad (que siempre son las primeras en todo) a unos niveles de encierro y tedio difíciles de imaginar. Se las liberó toda carga, ahora ya ni siquiera debían encargarse de la casa y los niños: para eso tenía criados y niñeras. Se pusieron de moda las enfermedades nerviosas: la histeria, la neurastenia, debilidades de todo tipo, anemias... Muchas de ellas empezaron a drogarse con morfina y opio. El discurso médico toma importancia, se hacen populares en Francia la corrientes positivistas y naturalistas. En un contexto así nace la mujer fatal.




Los primeros balbuceos de la nueva mujer fatal (antes habían existido montones de Evas) correspondes a los naturalistas franceses: Zola, Balzac y Flaubert. No es la mujer cúmulo de los todos los vicios que llegará a ser pero sí se perfilan los primeros rasgos en novelas como Nana, La obra maestra desconocida, Salammbô o Herodias. Son mujeres ligeramente salvajes y de poco entendimiento: son naturales, su único destino es continuar la raza; pero a la vez son mujeres de una gran fuerza destructora, Salomé es la que con más fuerza pasará a reforzar el tópico de la castradora. Comienzan a abundar en pintura temas bíblicos y de la Antigüedad grecolatina: se pueblan de Salomés, Judiths, Dalilas, Helenas, Circes... todas unidas por un rasgo común: la crueldad (con hombres, en su mayoría). Los escritores, fascinados por esta nueva mujer comienzan a escribir sobre ella, Huysmans en su novela À Rebours perfila en su descripción de las Salomés de Moreau un poco mejor la imagen:"la deidad simbólica de la indestructiva Lujuria, la diosa inmortal de la Histeria, la Belleza maldita, escogida entre todas por la catalepsia que le tensa las carnes y le endurece los músculos; en la Bestia monstruosa, indiferente, irresponsable, insensible, que corrompe, del mismo modo que la antigua Helena, todo lo que se le acerca, todo lo que la mira, todo lo que ella toca."



Al mismo tiempo, no debemos olvidar que, paralelamente, en Alemania ya estaba Hoffmann escribiendo relatos como Vampirismus o Der Sandmann donde aparecen otros dos tópicos que se incoporan a la imagen de la mujer fatal finisecular: el vampirismo y la obsesión sexual (la sexualidad inagotable), y la artificilidad. También los poetas modernistas franceses contribuirán a dar una serie de pautas que aún hoy perduran: por ejemplo las flores del mal de Baudelaire (me refiero a lo que él consideraba "sus flores del mal", las mujeres), mujeres moribundas de costumbres reprobables para la época. La protituta pasa a ser uno de sus motivos preferidos de poetización así como la sifilítica, que en la mayoría de los casos era prostituta. La femme fatale se aleja pues de los cánones de la aristocracia pervertida, aunque es cierto que en la mayoría de los casos esta mujer sifilítica y viciosa es encarnada por una aristócrata, como la Clara de Le jardin des supplices, Helena de Fiorenzio (en la primera edición Helena de Fornizio) de El monstruo o Wanda, la protagonista de La Venus de las pieles (novela de Sache-Masoch que la origen a la palabra "masoquismo").
Tenemos pues, a fecha como mucho 1914 (quitando España que siempre vamos con retraso) un conjunto de caracterísitcas que denominan a la mujer fatal finisecular: vampirismo, enfermedad, esterilidad, ninfomanía y del lado físico: palidez, larga cabellera y ojos verdes.
Con las guerras mundiales de por medio, la crisis económica del 29, etc... la imagen se trivializa, los intentos del star-system de Hollywood por resucitarla se quedan más o menos en agua de borrajas, a pesar del éxito de Theda Bara, la primera Vamp del cine. La imagen de la Femme Fatale ha calado en la cultura popular, pasa a ser un estereotipo, una imagen familiar que viven dentro de cada uno de nosotros.













Escribo como una jodida académica, ya me vale. Hostias ya.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

para mí, mrs. "calla, antonio" es LA femme fatale. y ella sí es digna de temer ;)

y a mí me gusta cómo escribes. y sobre este tema más. qué bien lo haces, jodía.

Meryone dijo...

yo no sólo las temo sino que las envidio

periódicamente declaro que me he convertido en una de ellas

pero nunca termina de salirme bien

beso

Unknown dijo...

Mrs. "Calla, Antonio" siempre será "Decaneitor" en mi corazón.

PS. De-Canei-Tor... ¿Del Canei de Thor? Qui sais?

Anónimo dijo...

Little things I should have said and done
I just never took the time...
You were always on my mind
De-Ca-Nei-Tor on my mind
De-Ca-Nei-Tor on my mind

Indudablemente, es LA femme fatale. No hay más. Las otras sólo son sombras, vanos simulacros.

Anónimo dijo...

¡Muuuuuy buen trabajo!
¿No cuentas como femme fatale a Espina de la Quimera? Tiene sus particularidades, pero diría que entra en los moldes... Eso es antes de 1914. Y la Niña Chole... Aunque realmente no llegan al extremo de las Claras.