jueves, 7 de febrero de 2008

Mr. Sandman, bring me a dream...

Der Sandmann, es un relato de Hoffmann publicado en 1815 en Nachtstücke. Seguramente sabréis que Ernst Theodor Amadeus Hoffmann quiso ser músico antes que escritor y que no le quedó más remedio que escribir porque tenía una gran familia que alimentar. Lo cierto es que escribió una de las mejores colecciones de relatos breves que han caído en mis manos. Claro, ésto es una opinión personal y es de sobra conocida mi devoción por todo lo procedente del XVIII/XIX alemán. Como iba diciendo, Hoffmann escribe Der Sandmann a mediados del romanticismo alemán, con todos los jóvenes queriendo ser como Werther, contemplativos y sufriendo horrores por un amor no correspondido. Goethe puso de moda el género epistolar en la literatura si bien era muy común entre la gente escribirse cartas muy a menudo. El relato de Hoffmann en cuestión, está escrito también a modo de correspondencia, esta vez entre tres personas: Nathanael, el protagonista, Clara y su hermano, Lothar. El tema del cuento es muy tópico de la literatura decimonónica, el autómata que parece humano y el humano que se enamora de él (de ella) sin sospechar lo más mínimo que su amada es una simple muñeca de madera. Y el hombre de la arena. No olvidemos al hombre de la arena. ¿Qué extraña relación une al hombre de la arena, quien hace dormir a los niños (una imagen tan dulce o dulcificada hoy en día) con el horrible fabricante de occhi que acosa a Nathanael? No me refiero a la historia, me refiero a que me fascina el modo del que Hoffmann consigue unir los dos personajes (que guardan un temible parecido) en una sola en la imagen final de Olimpia sin ojos y tironeada por sus dos padres. Qué imagen tan horrible. Más que el final del relato (que no voy a contar).
Me encanta Hoffmann.

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