Dice mi odiado Rubén Darío:
Padre y maestro mágico, lirófono celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, que coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!
Cuando leo ésto y veo la palissade de Darío, me doy cuenta de que no soy la única que no sabe ni en qué mundo vive, se ve que él tampoco lo sabía. mira que escribir un poema parnasiano a un simbolista... Quel bordel!
¿Y ahora dónde estamos? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Somos naturalistas, realistas mágicos, parnasianos, simbolistas, prerrafaelitas, pesimistas, nihilistas... ? ¿Qué es el postmodernismo? ¿Somos algo acaso?
Schoppi, me haces gracia, pero te comprendo.
1 comentario:
Perri, me das miedo, pero te quiero igual
Publicar un comentario