viernes, 20 de junio de 2008

La "Neonueva" cuestión palpitante

Hace dos meses que no escribo nada aquí. Eso no quiere decir nada, claro. No me gusta escribir aquí porque esta reflexiones que normalmente escribo a boli me parecen absurdas al releerlas. Me gustaría que quedasen como la sección "Pensamiento" de alguna revista seria pero no es posible. Y otra cosa: yo no puedo evitar ser hija de mi tiempo. Ni tú.
Ayer empecé una conversación muy interesante con el pequeño Galaad, era sobre el devenir de la literatura. Somos muy pesimistas, lo sé. La red, la masificación nos hacen las cosas más difíciles a la vez que paradójicamente más cercanas. Se venden más libros, muchos más, pero los mismos títulos. Ya casi no se puede ir a la librería con la ilusión de encontrar un pequeño tesoro (he dicho casi). ¿Os habéis fijado la cantidad de librerías de viejo que están abriendo? Es la respuesta del lector asiduo a las pilas de Sombras del viento, de Pilares de la tierra, de Revertadas típicas que aguardan tras las puertas de las librerías. Ya no se puede encontrar teatro ni poesía. La librería Cervantes es un almacén, ya no es aquella acogedora librería que era cuando yo empecé la carrera y la acabo ya. Dos semanas (tal vez septiembre, pero no más). Sólo cinco años. Ahora, los adictos, como yo nos entretenemos en rebuscar en ferias del libro de ocasión y volvemos felices si encontramos un libro nuevecito sobre arte japonés o el número 170 (de 1986) de la Revista Litoral. Nos refugiamos en iberlibro, y en planear viajes a Madrid a comprar masivamente.
Otro de los temas que tratamos fueron los novísimos. No los post-generación del 50, sino los que empiezan ahora. Los que empezamos ahora. Y no nos gusta lo que vemos. Me gusta leer lo que escribe la gente de mi generación*, es curiosidad, todos sentimos curiosidad. Pero no me gusta lo que leo. No sé de dónde ha salido esa corriente que se dedica a cortar la realidad con pelos y señales, y si pone la palabra "follar", cuantas más veces mejor. Hay sinónimos, sabedlo. Los hay. Me aburrís, estoy harta de leer vuestras hazañas sexuales, me basta con las mías. ¿Dónde está ese "algo más" de la palabra escrita? ¿Dónde ese "algo más" que no se puede encontrar en cualquier serie norteamericana chunga? ¡Dejad de ver la tele! ¡No! Ya esta tarde, seguro que ya no la veis. Las poesías, los relatos escritos por grupos de universitarios me dan ganar de vomitar, sólo saben alabarse unos a otros y clavarse puñaladas por la espalda. O sin puñaladas, sin sangre (lo de la sangre era una idea divertida).
¿Cómo hemos llegado a esto? Nos hemos convertido en unos exhibicionistas. Ya no amamos el arte, amamos en voyeurismo. Mirar qué hacen los demás. Y vivir rápido morir joven y dejar un cadáver bonito, eso sigue ahí.
La cuestión palpitante del siglo XXI es que no hay tal cuestión.
Hemos perdido el norte.
Y el sur, el este y el oeste.

*Me guío por el criterio de los 15 años, es decir los que tienen entre 8 y 38


N.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por lo menos con sangre resultaría más divertido jiji

Unknown dijo...

me encanta el nick, jujuju

;)

esta mañana estuve revisando la web de Joris-Karl